lunes, 30 de enero de 2012

Te hablo a ti, a la que siempre persevera:

 A la que crea mil antídotos y curas para el mal de amor. A la que mantiene una fe ciega en un "te amo" ya lejano. A la que humillan con desplantes para recoger después las sobras de un "perdón" mal entonado. Sí, a ti,a la que no le importa tragarse su orgullo para cruzar unas palabras con aquél que le mutilo el corazón. A la bella mujer que puso empeñada su alma y su razón por una relación vacía. A esa muñeca perdida en un mundo demasiado real.
Concédeme cinco minutos,serán suficientes.
¿No estás cansada? De sufrir, de luchar, de sentir..De verdad, ¿No estás harta? De reclamos, de peleas, de culpas de ida y vuelta..
Como un circulo donde el comienzo y el final siempre esta repleto de dolor.
Pero lo peor no es lo que te hace (Él, ¿quién sino?), lo más catastrófico es lo que te haces tú misma.
"Algo habré echo mal","La próxima vez tendré más paciencia","¿Qué le puedo dar que no le haya dado ya?"..Siempre la misma historia repetida.
Pues bien,hoy, te doy a ti el poder.No te sorprendas pequeña, porque vales más que las siete maravillas del mundo juntas. Seca esos ojos, ponte derecha y hazte oír.
Piénsalo..Yo no te conozco de nada y sé lo única que eres.¿Por qué llorar por alguien que no te aprecia? Solo tienes que encontrar a ese hombre lo suficientemente listo que pueda verte realmente.Te lo aseguro,si es el indicado, solo necesitará un segundo para enamorarse y dos para no dejarte escapar.