martes, 27 de diciembre de 2011

mío:$

Como cuando quieres escribir y no sabes de qué, como cuando quieres gritar y no te quedan fuerzas, como cuando quieres reír y no encuentras motivos...
Así, justo así se sentía en ese momento, sentada en aquel banco que parecía un barco naufragando por millones de recuerdos, por qué, se preguntaba, porque hoy justamente me tienen que venir a la cabeza esta tonelada de momentos muertos...
Se acordaba de tantas cosas, de sus maravillosos veranos que al final siempre acababan con una amarga despedida, todos los momentos que ha tenido para elegir en que hombro posar sus lágrimas, aquellos en los que no hacía falta subir a ningún monumento y gritas "Ey, sigo aquí!", recordaba también los juegos tontos, chistes malos, caricias rotas, besos empapados en palabras bonitas, mensajes que no puedes parar de leer, se acordaba de su ángel que había decidido abandonar este juego como es la vida.
Pero basta, se dijo, no puedo seguir así, no puedo sentarme en este banco y pensar todo lo que se ha ido, total, dicen que lo que se va siempre se va por algo, y yo todavía no he encontrado ese algo definitivo para irme, se levantó, secó sus desnudas lágrimas que dejaban descubiertos todos sus secretos, y se fue, pero lo que no sabía, era que ella solo se había mojado las manos, pero que quién de verdad había secado sus lágrimas era la cantidad de recuerdos que tenía, que la hacían fuerte y que una vez más la hicieron seguir adelante.

-Ángel de la guarda, dulce compañía, no me dejes solo ni de noche ni de día (8)

1 comentario:

  1. És precioso ana, tanto como tu, pero no dudes que ese angelito que tienes alli arriba nunca te dejara sola, estara a tu lado para secarte las lagrimas o para darte mas fuerzas aunqe no puedas verla, y ella se sentira muy feliz por tener a quien tiene de nieta, alguien como tu, una persona increible.

    ResponderEliminar